Atravesamos la vida pasando por diferentes paisajes que van variando de placenteros y alegres, a tristes e inhóspitos, pero son esos terrenos inhóspitos los que dejan más huella en nuestra alma, los que consiguen moldearla, transformarla......pero nunca destruirla.
Tal vez te haya pasado como a mi, que un día comenzaste a caminar por un sendero angosto, lleno de dificultades, solitario, por el que solo caminamos unos cuantos, es un viaje por un camino entre rocas y piedras puntiagudas, agreste, seco, duro y aparentemente vacío de toda vida, pero que esta lleno de enseñanza y te dirige a un destino donde nunca más llevarás cargas, donde la paz y la vida lo llenan todo. Sucede que al mismo tiempo ciertas decisiones de nuestra torpe alma nos lleva a decidir andar fuera del camino marcado, pues te parece que sabes más que quien te inició en el, y tienes que pagar las consecuencias. Y aunque muchas veces no alcanzas ha entender, en el fondo sabes que vas ha aprender una gran lección.
Si hubieras sabido por donde te llevaría ese desvío del camino, tal vez no lo habrías tomado, o....¿tal vez si?; algunos desvíos se parecen demasiado al verdadero camino, y otros los tomamos tratando de evitar el camino angosto, y es que por árido que pueda llegar a ser el camino por el que nadie quiere andar, es el único camino correcto para llegar al ansiado lugar donde el descanso es eterno y la paz duradera, pero aún así nos desviamos, y es que solo podemos aprender cuando comprobamos por nosotras misma nuestro error. ¿Lo reconoces? ¡Es el camino del aprendizaje!
Iniciamos nuestros caminos con un equipaje, o unas muletas como me dijo Ana un día, mi dulce Ana; y la inocencia y el idealismo son esas muletas con las que inicié mi camino. Esas muletas me llevaron a sufrir la sequía y la aridez del desierto, me desviaron del camino principal para llevarme por lugares por los que no desearía haber andado, pero fue como aprendí, fue como busqué y encontré respuestas a preguntas que amenazaban con romperme.
Y aprendí que un alma no se puede destruir, sino que es transformada. Sólo el verdadero camino te transforma de tal modo que luego puedes amar cada paso andado. Y es una transformación que aunque externamente no se vea, si se puedes percibir su riqueza interior, y no tardan en aparecer seres voraces que la quieran destruir, porque ellos mismos no pueden tener esa riqueza interior.
Tal vez te haya pasado como a mi, que un día comenzaste a caminar por un sendero angosto, lleno de dificultades, solitario, por el que solo caminamos unos cuantos, es un viaje por un camino entre rocas y piedras puntiagudas, agreste, seco, duro y aparentemente vacío de toda vida, pero que esta lleno de enseñanza y te dirige a un destino donde nunca más llevarás cargas, donde la paz y la vida lo llenan todo. Sucede que al mismo tiempo ciertas decisiones de nuestra torpe alma nos lleva a decidir andar fuera del camino marcado, pues te parece que sabes más que quien te inició en el, y tienes que pagar las consecuencias. Y aunque muchas veces no alcanzas ha entender, en el fondo sabes que vas ha aprender una gran lección.
Si hubieras sabido por donde te llevaría ese desvío del camino, tal vez no lo habrías tomado, o....¿tal vez si?; algunos desvíos se parecen demasiado al verdadero camino, y otros los tomamos tratando de evitar el camino angosto, y es que por árido que pueda llegar a ser el camino por el que nadie quiere andar, es el único camino correcto para llegar al ansiado lugar donde el descanso es eterno y la paz duradera, pero aún así nos desviamos, y es que solo podemos aprender cuando comprobamos por nosotras misma nuestro error. ¿Lo reconoces? ¡Es el camino del aprendizaje!
Iniciamos nuestros caminos con un equipaje, o unas muletas como me dijo Ana un día, mi dulce Ana; y la inocencia y el idealismo son esas muletas con las que inicié mi camino. Esas muletas me llevaron a sufrir la sequía y la aridez del desierto, me desviaron del camino principal para llevarme por lugares por los que no desearía haber andado, pero fue como aprendí, fue como busqué y encontré respuestas a preguntas que amenazaban con romperme.
Y aprendí que un alma no se puede destruir, sino que es transformada. Sólo el verdadero camino te transforma de tal modo que luego puedes amar cada paso andado. Y es una transformación que aunque externamente no se vea, si se puedes percibir su riqueza interior, y no tardan en aparecer seres voraces que la quieran destruir, porque ellos mismos no pueden tener esa riqueza interior.
Pero lo cierto es que el hecho de vivir en" zona de guerra" te hace reconocer, no solo a tu enemigo, sino que te das cuenta de algo más. De que hay en ti la confianza de que a pesar de vivir en el valle del dolor, has conseguido conocer más a tu enemigo, te conoces más a ti misma y puedes pulir lo que estaba mal; cosas como la confianza en quien no la merece, cosas como aprender la forma de alejarnos de manera consciente e intencional del odio, la mentira y la maldad que amenaza con destruirnos contagiando su veneno a nuestra alma. Distanciarnos de lo que no nos beneficia.
Precioso Salmo 18, que trae recuerdos a mi alma! Recuerdos vividos de momentos tormentosos en los que me sentí como en un tornado de sentimientos, en un huracán de pensamientos tristes, negativos y pesimistas que llenaron mi mente y mi corazón. Me hicieron darme cuenta de quien es Dios. Lo vi reflejado en este Salmo, lo experimente en el camino estrecho de mi vida.
Este es mi Dios, este valiente que me rescata, que me adiestra cada día para combatir mis propias batallas, quien me levanta y pone mis pies sobre la Roca, este que inclinó el cielo para descender a mi, raudo como un relámpago, iluminando todo a su paso, eliminando toda oscuridad, levantando su muralla a mi alrededor, proporcionando el Refugio que necesitaba.
Este es mi Dios, este valiente que me rescata, que me adiestra cada día para combatir mis propias batallas, quien me levanta y pone mis pies sobre la Roca, este que inclinó el cielo para descender a mi, raudo como un relámpago, iluminando todo a su paso, eliminando toda oscuridad, levantando su muralla a mi alrededor, proporcionando el Refugio que necesitaba.
Si, realmente la vida en el desierto puede ser muy rica, puede alimentarnos mucho, aunque a simple vista no lo parezca, ahí radica el misterio.
Como no he de alabarle, como no he de postrarme delante de Él, como no he de darle toda mi GRATITUD!!
Si el me puso en el camino de la vida, atravesando desiertos, superando encrucijadas, y me ayudó a cruzar por el camino del aprendizaje, sin dejar que me destruyera.
Gloria a ti, mi Rey!