miércoles, 17 de octubre de 2018

De nuevo a solas contigo


Juan 21:7  Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba, dijo a Pedro: ¡Es el Señor!....

Me imagino a los discípulos de Jesús tan perdidos en sus ilusiones rotas, perdidos en su desesperanza, abatidos por la perdida de su amado maestro. Como debieron sentirse cuando vino a ellos, como tantas otras veces. Pero ahora viene triunfante, aparece en medio de su sufrimiento.

¡Cuanta paz, oh Señor!

Cuando tu vienes a mi en medio de mi sufrimiento, cuando tu vienes andando sobre este mar de tormentas, o me esperas tranquilo a la orilla de mi dolor. 

Cuando me preparas sustento y me alimentas con tu presencia.

Tu presencia gloriosa me abraza y me consuela, seca mis lagrimas mientras me dice ¿me amas? ¡Confía! ¡Tranquila! ¡estoy a tu lado, no temas!

Que paradoja que te perciba de manera tan nítida en mi noche más oscura, que me acompañes en mi soledad más abrumadora.

Tu vienes a mi encuentro y me traes tu paz, una calma serena y quieta. ¡Sólo mirándote!, ya lejos todo temor, ya libre del recelo y la desconfianza, libre de la ansiedad que produce tan inexorable tormenta.

Tu vienes a mi encuentro de nuevo, y a solas contigo....

¡Cuanta paz, oh Señor!