Nuestra Lectura de hoy me recuerda al buen vino que fue servido al final de una boda a la que asistió el Señor Jesús, y por el que fue alabado por el 'Maitre' del banquete. Este era un vino que antes fue agua, con este milagro dió inició su ministerio.
Para nosotros el Señor es como ese buen vino que fue servido al final de su ministerio, que transformó el agua que manó de su pecho traspasado en sangre, sangre que nos ha dado esta Esperanza Viva de la que habla Pedro.
Y no puedo más que unirme a las palabras de Pedro diciendo "Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo....."
Nos encontramos ante una lectura fascinante, la forma en que está escrita nos transporta, nos envuelve en la realidad de la vida abundante del creyente, que va subiendo en intensidad.
Como sabéis, al redactar usamos puntos y comas para separar las frases, darnos tiempo a respirar y pausar la lectura que de otro modo sería; ¿cómo decirlo?; monótona, plana, desmotivadadora.
Pero en nuestra lectura de hoy, solo hay dos puntos a lo largo de toda la lectura. Sí apartamos el único verso que esta entre esos dos puntos, podemos seguir la lectura sin perder el significado. Parece como si a Pedro, durante su linea de pensamiento, se le fueran ocurriendo ideas diferentes y debiera añadirlas por su importancia. Una lectura trepidante que va de coma en coma aumentando la linea de pensamiento que Pedro nos está describiendo. Si pierdes un momento la atención, te será difícil entender todo lo que nos quiere transmitir, si empiezas la lectura en la segunda o tercera coma, no tendrás el cuadro completo, cada frase entre comas son como pinceladas en un cuadro maravilloso que nos transporta y nos presenta la Gran Bendición que hemos recibido.
Perfecto resumen de toda la verdad del evangelio, expuesta magistralmente a lo largo de 9 versículos; si quitas el vs. 6 de seguro que te ahogaras por no haber podido respirar al no encontrar un solo punto.
Disculpad la extensión de mi comentario, pero es que cada vez que leo la forma tan detallada de exponer nuestra maravillosa esperanza y la gran riqueza que hay para nosotros no puedo más que asombrarme por la forma tan genial que Pedro usó para hacernos llegar la gran importancia de lo que estaba diciendo.
Y en medio de toda esa explicación magistral, esta la joya del vs. 6, un verso que nos devuelve los pies al suelo, hasta ahora estamos mirando cada vez más alto, más elevados conceptos de nuestra realidad espiritual, conceptos que nos elevan, que pueden aumentar nuestra autoestima, nuestro orgullo de ser cristianos; pero vs 6 nos sitúa de nuevo en nuestra realidad terrenal.
Todo lo expuesto lo podemos saborear con el corazón, se hará realidad; pero antes hemos de pasar por este valle de lagrimas, antes hemos de sufrir por un breve espacio de tiempo. El apóstol Pablo ya nos contó de su aguijón en la carne, de como le fue dado para no enorgullecerse demasiado, y esto mismo nos pasa a nosotros, si bien podríamos obviar este verso, es muy importante que reconozcamos que tenemos todo un tesoro de esperanza y riqueza espiritual, por el que podemos ser tentados a creer que somos grandes y perfectos por haber merecido tal regalo, pero estamos aquí, con los pies en la tierra, sintiendo toda nuestra debilidad por medio de aflicciones y sufrimientos, y multitud de tentaciones. Es nuestro aguijón, si, pero se suaviza, duele un poco menos cuando miramos por la fe al que será manifestado un día, a quien amamos sin haberle visto, en quien nos alegramos a pesar de nuestro aguijón, sabiendo que nuestra Esperanza está cercana a su cumplimiento, cuando obtendremos el fin de nuestra fe, la salvación de nuestras almas. Gloria a Dios!! Gracias Padre por tan maravilloso regalo!!
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